Pastel de carne picada y patata con queso

Pelar las patatas y cortarlas en trozos más o menos iguales para que se cuezan al mismo tiempo. Enjuagar las patatas y luego ponerlas en un cazo. Cubrirlas con agua, añadir una cucharadita de sal y poner a calentar a fuego fuerte.

Cuando rompa a hervir, bajar a fuego medio y cocer de 10 a 15 minutos o hasta que las patatas estén tiernas. Escurrir, volver a meter en el cazo y machacar con un tenedor.

Distribuir por encima el puré de patatas. Hay que extenderlo con cuidado para que no se hunda dentro de la carne. Igualmente, lo dejamos bien nivelado.

Espolvorear el queso rallado restante.

Hornear a media altura unos 20 minutos a 200 ºC, calor arriba y abajo o hasta que la superficie se haya dorado al gusto. Dejar reposar 15 minutos antes de servir.

Añadir la mantequilla, un chorrito de leche, 50 g del queso rallado y condimentar con sal, pimienta y nuez moscada al gusto.

Volver a calentar para integrar todos los ingredientes y, si estuviera muy espeso, corregir con un poquito más de leche. Reservar.

Pelar y picar la cebolla, las zanahorias y los pimientos. En una sartén, calentar el aceite de oliva y, cuando esté caliente, sofreír la cebolla a fuego medio-bajo unos 6 o 7 minutos, hasta que esté tierna y ligeramente translúcida. Añadimos el resto de las verduras y cocinamos hasta que estén blanditas.

Pelar y picar los dientes de ajo. Echarlos a la sartén junto con la cebolla. Mezclar. Enseguida, añadir la carne picada, subir el fuego y dejar que se dore. Remover con frecuencia y picar con una paleta para que no se apelmace.

Echar ahora el tomate triturado, el caldo, la hoja de laurel, el tomillo y el perejil. Calentar a fuego medio-alto.

Cuando empiece a burbujear, bajar a fuego medio y dejar que cueza unos 20 minutos o hasta que el caldo se haya reducido casi por completo.

En una fuente apta para horno, colocar en la base la carne picada. Aplanarla bien para que quede nivelada.

Espolvorear 50 g de queso rallado.