Operación bikini

¿Has oído hablar ya este año de la operación bikini? Suelen empezar a bombardearnos con ella con la llegada del calor, cuando apetece vestirse con ropa más ligera y los planes de playa y piscina comienzan a llenar los calendarios. Es un momento del año donde muchas personas deciden que quieren sentirse mejor con su cuerpo y empiezan a implementar cambios drásticos en su rutina diaria: aumentar el cardio para "quemar más", y adoptar dietas de choque para "perder peso rápidamente". Pero, ¿son realmente efectivas estas estrategias? Spoiler: no.

Riesgos de la Operación Bikini

• Las dietas extremadamente restrictivas pueden hacer que tu cuerpo se vuelva menos eficiente en quemar grasa y más ahorrador, ralentizando un poco el metabolismo como respuesta a lo que percibe como una amenaza de falta de combustible.

• Este tipo de dietas a menudo resultan en pérdida de agua y masa muscular, no de grasa. Cuando retomas una alimentación normal, el cuerpo puede recuperar más peso del inicial, complicando aún más la situación. Lo comúnmente llamado “efecto rebote”.

• Las restricciones severas pueden empeorar tu relación con la comida, provocando antojos intensos que pueden desembocar en atracones y haciéndote creer que hay alimentos que por sí solos pueden hacerte no llegar a tus objetivos.

Un enfoque más saludable

En lugar de centrarte en perder peso rápidamente, considera la importancia de aumentar la masa muscular. Tener más músculo no solo mejora tu apariencia, sino que también mantiene tu metabolismo más activo. Además, desconfía de cualquier dieta o método que prometa resultados rápidos y sin esfuerzo. Opta por un estilo de vida saludable sin fecha de caducidad.

Para asegurarte de que lo estás haciendo de forma correcta en primer lugar asegúrate de acudir siempre a un nutricionista cualificado para llevar tu caso. No te fíes de ”dietas de cajón” que llevan años hechas y usan la misma para cualquier persona que acude a consulta. Y por último tienes que tener la sensación de que estás cambiando hábitos de tu vida de una forma que podrían ser sostenibles para toda la vida y para ser así, no puede ser una tortura, tiene que ser algo llevadero, adaptado a tus circunstancias, tiempo y gustos.

Conclusión

La verdadera clave para mejorar la composición corporal y mantener los resultados a largo plazo es la adherencia a un estilo de vida saludable lo cual a parte de la alimentación también incluye la práctica regular de ejercicio, especialmente el de fuerza, dormir bien y hacer una buena gestión del estrés entre otras cosas.

Si te interesa empezar a cambiar tus hábitos o ya estás en ello pero necesitas una ayudita, te propongo que le eches un vistazo a nuestro plan plus. Puedes consultarlo aquí